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Thursday, October 29, 2015

Historias de Miedos Absurdos

Se acerca cada vez más Halloween, así que aquí les van un par de historias REALES de terror... pero que al final, obvio, no dan nada de terror.

El hijo perdido de la llorona:
La chica con la que vivía en ese entonces andaba de viaje, así que estaba yo sóla en la casa. No había luz en toda la cuadra, así que tenía velas prendidas, y estaba quizás dibujando, o leyendo. Planeaba dormirme temprano, ya que hay poco que hacer de noche cuando estás sola en casa, y no sirve ni el alumbrado público.
De repente escuché a un niño gritando, o llorando. No estoy segura cual de las dos, pero para mí fué tan evidentemente la voz de un niño, que antes que pensar en fantasmas, ni nada parecido, pensé que era algún niño que se había perdido, ó alejado de su mamá. Me asomo a la ventana, y no veo nada.
Lo sigo escuchando, y me perturba un poquito, porque lo escucho cerquísima. Casi parecía que el sonido venía de la pared. Salí con una linterna, porque les recuerdo que no había luz, y que yo estaba segurísima de que era un niño pidiendo ayuda. Se escuchaba clarísimo que gritaba "MAMAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!".
No se escuchaban  coches ni nada, así que ni se me ocurrió pensar que lo estuvieran secuestrando ni dada de eso, yo estaba segurísima que era un niño que se había perdido, buscando a su mamá, y no me parecía ningún peligro acompañarlo al tecali de policía que estaba cerca.
Salgo a buscarlo y no lo encuentro, pero lo sigo escuchando clarísimo, como gritando desde la pared. Había un espacio entre la pared de nuestra casa y la del vecino, pero me parecía muy pequeño para que cupiera un niño, pero ahora temí más que no estuviera perdido, sino que se hubiera atorado, o caído desde la casa de junto.
No era yo la única, había dos vecinos más buscando al "niño" para ayudarlo, así que nos ayudamos para que alguien pudiera subir a la barda de un lado, con una cuerda, y una linterna.
Lo que encontramos no era un niño.

Varias semanas después, Mi amiga ya no estaba de viaje, y su mamá estaba con nosotras. Esa noche, se volvió a escuchar al "niño", pero yo ya no salí. Ni ningún vecino.
Al día siguiente, la mamá de mi amiga, me dijo:
- Oigan, no escucharon ayer como que un niño andaba por la calle y gritaba "MAMAAAAAAAAA!!!!???
Mi amiga responde:
- Sí!! yo lo escuché también!!!
Yo no respondí.
- Habrá pasado algo?
- Gritaba como con mucha angustia, no?
- Quién habrá sido?
- O qué habrá sido?
Steph: - Es un gato.

No sé que motivó al gato a gritar siempre "MAMA" en lugar de "MIAUMIAU", ni porque razón su voz se parezca tanto a la de un niño, pero por más que le aseguré a la mamá de mi amiga que yo había visto al gato, y que estab segurísima que fué un gato. A la fecha, no me cree que haya sido un gato.
Cada vez que alguien me dice "En mi pueblo se escucha la llorona" Pienso "Es un gato. Es un gato con voz de mujer que aprendió a decir "Ay mis hijos", seguro". Y no sé si da mas, o menos miedo porque aunque suene mas terrible la idea de que una mujer de blanco te lleve, los gatos que hablan sí existen, y no dudo que convencerían a mas de uno, de que una mujer de blanco viene a llevarlos.

La Maldición:
Las cosas malas siempre pasan cuando se va la luz.
Fuí a visitar a mi mamá. No había luz en la casa, a pesar de que todas las demás casas tenían luz. Cuando entré, ví como marcas de quemaduras alrededor de la caja de luz. Crucé el jardín de mi mamá, y entré a la casa. Parecía como si no hubiera nadie, y ya estaba obscuro. Después de subir las escaleras, la encontré en el cuarto de una de mis hermanas, con mis dos hermanas. Me dijo que la verdad mejor ya se iban a dormir todas, pero que me quedara a dormir. Me dió una vela en un vasito, y efectivamente, cada quién se fué a dormir. Llevé la vela al que solía ser mi cuarto, y donde aún tenía ropa, para ocasiones como esa, para buscar una pijama, pero al poner la vela sobre el tocador se apagó haciendo un "pssssssssssss" como cuando te mojas los dedos y aprietas la mecha para apagarla.
Cuando traté de encenderla, se apagaba de inmediato, y no sostenía una llama por más de medio segundo.
Me rendí con la vela, y me vestí a obscuras.
Era relativamente temprano, así que se me ocurrió que podía leer un rato. Fuí a buscar otra vela, de las que tenía mi mamá, así que fuí a otro cuarto, tomé otra vela en un vasito, y sucedió lo mismo que cuando puse la otra en el tocador. Ptsssssss.
Ésta vez me extrañó un poco más, especialmente porque en ese cuarto no hay ventanas, y la puerta estaba cerrada. Tomé otra vela. Me acerqué a la cama, y la vela se apago también. Ptsssss. Hasta salió humito, y todo.
Empecé a escuchar un sonido igualito al que se escucha cuando va a pasar algo horroroso en Ju-On (por cierto, yo venía del cine. De ver La Maldición 2). Ese sonido como de alguien ahogándose,
Traté de prender la vela, pero ocurría lo mismo que la vez anterior, y no podía encenderla.
Me dí cuenta que el sonido venía de una puerta muy mal aceitada, y no supe si sentirme aliviada, de que no fuera la loca de The Grudge, ó más espantada de que alguien estuviera abriendo la puerta, si todos estaban durmiendo. La vela no prendía, y la luz del encendedor era muy débil para ver a quien estaba entrando, hasta que estuviera demasiado cerca.
Las cosas malas siempre suceden cuando se va la luz.
Obvio, porque con luz hubiera visto clarísimo que era mi mamá entrando, diciendo "Oye hija, por cierto, los vasitos de las velas tienen agua, para que las apague sólas, por si se caen, es mi nuevo invento, pero a veces tamibén se apagan a veces cuando las pones en la mesa"
Las mechas mojadas no prenden.

Estas son la clase de historias que casi todos tenemos. Esas en las que por unos segundos, piensas "OHRAYOSQUETALQUETODOESODELOQUESIEMPREMERÍORESULTASERCIERTOYMEDOYCUENTADEMASIADOTARDE!!" Pero casi de inmediato te das cuentas de tus tonterías, y te ríes.

Han tenido esos microsegundos de consciencia en los que tu cerebro piensa una tontería, y casi le crees hasta que esa otra parte de tí te da un zape mental como diciento "No seas idiota!!! cómo un fantasma?!!?!? Es tu tío!"
Nos pasa mucho cuando estamos medio dormidos, por ejemplo, pero también sucede cuando estamos asustados, o hemos visto demasiadas películas.

Tuve un novio como de 30 años, cuando yo tenía como 17. Una vez me fué a dejar a mi casa, me bajé de su coche, y camino a la puerta de mi casa, me acordé de algo que quería decirle, me dí la vuelta rápido, antes que arrancara, y gritó asustadísimo. Me saqué mucho de onda, y me dijo:
- Ay perdón, pero es que por unos segundos, no sé porque pensé que eras un vampiro.


Has tenido momentos así?

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